Una escalera es una construcción diseñada para comunicar varios espacios situados a diferentes alturas. Está conformada por escalones (peldaños) y puede disponer de varios tramos entre los descansos (mesetas o rellanos).
Pueden ser fijas, transportables o móviles. A la escalera amplia, generalmente artística o monumental se la llama escalinata. La transportable o «de mano», elaborada con madera, cuerda o ambos materiales, se la denomina escala. Aquella cuyos peldaños se desplazan mecánicamente se llama escalera mecánica.
Las escaleras deben poder subirse manteniendo el ritmo para evitar caídas. Para ello, su pendiente ha de ser constante. Es decir, la razón geométrica entre la profundidad de sus peldaños (llamada huella) y la altura de éstos (llamada contrahuella o tabica) debe ser constante. Si llamamos H a la longitud de la huella y C a la de la contrahuella, la razón entre ambas es la pendiente (m) de la escalera:
m = C/H
Por razones ergonómicas y de seguridad, en las escaleras fijas, los valores de C y H, expresados en centímetros, deben cumplir la siguiente relación:
2C + H = 64 cm, o fórmula de medida del paso.
Una norma adecuada para el diseño de escaleras es hacer que la suma de la profundidad de la huella, más dos veces la altura de la tabica, sea igual a la longitud media de un paso (de 59 a 68 cm) y no superar 16 escalones en cada tramo. El ancho de la huella ha de ser mayor de 80 cm por persona, y un metro en las de urgencias. Los peldaños serán siempre iguales en el mismo tramo de escalera, para evitar traspiés.
Ampliación: Neufert-Arte de proyectar en Arquitectura.
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